Chips bajo la piel para combatir los secuestros
Un microprocesador creado para contener datos médicos se utiliza en Brasil como método de protección
Privacidad por seguridad. Esa es la elección que en Brasil han aceptado los 42 empresarios y sus familias que accedieron a llevar bajo la piel un microchip que les mantiene localizados las 24 horas del día. Es la versión latinoamericana del verichip, desarrollado en Estados Unidos y autorizado desde noviembre del año pasado, cuya función es almacenar el historial médico, de relevancia para casos de necesidad.
Desde su presentación, los usos del verichip se multiplican. En Barcelona, una conocida discoteca, Baja Beach Club, lo implanta a sus clientes para que puedan acceder a las salas vip y pagar sus consumiciones sin llevar dinero encima. En Brasil, sobre todo en São Paulo, el uso se ha orientado a la seguridad. 'La demanda llega en función de la fiebre de los secuestros
En 2004 tuvieron lugar 112 secuestros con extorsión en la capital económica de Latinoamérica y, aunque ligeramente inferior a la de 2003 -cuando hubo 118-, esta cifra es lo suficientemente elevada como para que los altos ejecutivos, principal objetivo de los raptos, se tomen en serio su seguridad.
Frente al uso de almacenamiento que se le da en Estados Unidos, el chip que se comercializa en Brasil se ha convertido en un instrumento de rastreo, que emite señales y permite saber, con un margen de error de 10 metros, dónde se encuentra la persona en cada momento.
Entre sus clientes se encuentran un conocido líder religioso y un magnate de los medios de comunicación y quienes más lo reclaman son empresarios que ya han sufrido tentativas de secuestro o están amenazados.
Hasta que sea autorizado en Brasil, el implante y su seguimiento se hacen en Estados Unidos, desde Miami, por lo que el precio es aún elevado: 10.000 dólares el implante y entre 200 y 1.000 dólares por mes para el seguimiento. El chip, que es del tamaño de un grano de arroz, se