Susana trabajaba en Mango, una tienda aparentemente de moda donde le pagaban una miseria y donde la explotaban. Susana trabajaba por turnos lo que le dejaba mucho tiempo libre. Como le pagaban tan poco no podía pagar igual la renta que su amigo Silvio quien se lo restregaba a menudo. Podríamos estar aquí en un caso de discriminación sexual porque Silvio gana mejor su vida que Susana. Pero se supone aquí que es porque ella trabajaba por turnos. Así fue que puso su ira en los chocolates y así fue como engordo. Y como en Mango no contratan a dependientes gordas, solo las contratan delgadas, ella sabía que la iban a botar. Entonces, Susana sufría desde aquí de discriminación por su gordura. Es en realidad así sea un trabajo en la moda, intolerable que una mujer gorda la boten de su trabajo por haberse engordado.
La discriminación por el aspecto físico no solo puede ser por la gordura de una persona pero también por la talla o el color de su piel como le ha pasado a Susana.

En esta segunda parte veremos el segundo tipo de discriminación que vivió Susana, discriminación por el origen étnico.
Sabiendo que de todas maneras la van a botar de su trabajo, Susana un día que se paseaba en su tiempo libre, ve un cartel donde decía que se necesitaba dependienta para una tienda de grandes tallas entonces ella entra. La encargada le dice que no la puede tomar porque Susana es demasiado oscura. Pero Susana dice haber apreciado su franqueza. En realidad, estaba acostumbrada a que solo le respondan que el puesto ya estaba tomado. Y ni siquiera eso se quedo allí, la encargada le pregunta de donde era, Susana le responde “de Alcalá en Henares, señora”. Pero la señora no lo podía creer, no le podía caber en su cabeza que su familia haya crecido y que ella misma haya vivido en España porque su color de piel era negro. Entonces le insistió hasta que por fin le responda que era de origen guineano. La señora pareció aliviada. Finalmente, la tomo a prueba. Susana tuvo a las finales