Orange mecanique (en espagnol)
Sociología política
La naranja mecánica, o la formación del ciudadano libre:
8 de Julio 2009
Llevo, a decir verdad, varias semanas dudando. Varias semanas sin llegar a tener el valor de enfrentarme a esta película. La recordaba, sin duda la recordaba en leves retazos impactantes que hablaban de violencia y sexo. Y yo le tengo mucho miedo al dolor, y a la impotencia. Me ha costado días prepararme para jugar contra la película, y finalmente, creo que he logrado empatar. A decir verdad, es una película que me causaba rechazo, un film de culto que saca a relucir, sin criticar, muchas de las verdades que más odio en el mundo. La realidad del filo de la navaja, que si toca la piel, corta, y la realidad de que una leve superioridad numérica, y un poco de práctica agitando un palo, pueden poner fin a la dignidad de la mujer que amo, o a mis huesos.
Pensaba prepararme para atacar a La naranja mecánica, y sin embargo, no logro ser hipócrita. Creía que lograría ser incisivo, como siempre, desarmando la obra de Kubrick con una disección detallada. Pero no ha sido así, la película enfoca de una forma totalmente científica el dilema sobre la libertad. Nos acerca la responsabilidad de juzgar, y muestra la crueldad de nuestro veredicto. Es un reto romper una construcción social, e invitar al espectador a que construya la suya propia. Lo único que no me termino de creer es el final, el status quo tácito por la ausencia de claridad y de epílogo… pero esto, evidentemente es la gran arma que permite crear el efecto neutral con respecto a la libertad.
No me creo el final, porque la película se estructura entorno a una experiencia personal universal, algo que todos hemos vivido para conseguir romper los símbolos culturales y deshacer los tabúes - la adolescencia - y sin embargo el protagonista no crece.
Desde una de las primeras escenas, el protagonista anuncia su odio a la vejez, y dice la palabra “ancestros” en un tono extremadamente despectivo.