La pastilla de jabon
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[constater] que no se gastaba con el uso [qu’elle ne s’usait pas]. La había comprado en la perfumería de siempre y era de la marca que suelo utilizar desde hace años ; todo en ella parecía tan normal que tardé dos semanas en advertir [notar] que no cambiaba de tamaño [taille]. Pasé de la sorpresa a la preocupación cuando, tras espiar [épier] su comportamiento durante algunos días,
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me pareció que empezaba a crecer [grossir]. Cuanto más la usaba, más crecía. Entretanto, mis parientes y amigos empezaron a decir que me notaban más delgado [ils me trouvaient plus mince]. Y era verdad ; la ropa me venía ancha [large] y las cejas [les sourcils] se me habían juntado por efecto de un encogimiento [rétrécissement] de la piel. Fui al médico y no encontró nada, pero certificó que, en efecto, estaba perdiendo masa corporal. Aquel día, mientras
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me lavaba las manos, miré con aprensión la pastilla y comprendí que se alimentaba de mi cuerpo. La solté [je la lâchai] como si se hubiera convertido en un sapo [un crapaud] y me metí en la cama turbado por una suerte de inquietante extrañeza. Al día siguiente la envolví en un papel, me la llevé a la oficina [le bureau] y la coloqué [mettre] en los lavabos [les toilettes]. A los pocos días vi que la gente empezaba a disminuir. Mi
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jefe, que era muy menudo y tenía la costumbre de lavarse las manos cada vez que se la estrechaba [estrechar la mano, serrer la main] una visita, desapareció del todo [completamente] a los dos meses. Le siguieron su secretaria y el contable. En la empresa se comenta que han huido a Brasil tras perpetrar algún defalco [un détournement de fonds]. La pastilla ha crecido mucho. Cuando haya desaparecido el director general, que además
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de estar gordo es un cochino