* Las consecuencias de la doble jornada laboral para la mujer y las reformas aplicadas históricamente para lograr una mayor igualdad en las tareas ente el hombre y la mujer.

La doble jornada laboral de la mujer consiste en trabajar el día y cuidar al hogar y a los niños por la tarde. En efecto, la mujer tiene tres papeles, el de madre, de ama de casa y de mujer activa. Toda esta actividad es muy cansándose lo que provoca problemas de salud y les impide progresar profesionalmente. Además, es muy difícil cambiar la mentalidad de los hombres, que a menudo niegan a aprender nuevos roles como por ejemplo, ayudar a las tareas domésticas o a la educación de los niños.
El hecho es que hay unos progresos, las mujeres son más activas pero las desigualdades persisten. En efecto, a trabajo igual, el sueldo es diferente entre una mujer y un hombre. Luego, los empresarios tienden a contratar más hombres que mujeres, en parte, de temor a un posible embarazo. Por fin, en el caso donde una mujer tiene un buen trabajo con responsabilidades, sin niños, ella corre el riesgo de encontrar el “Techo de Cristal” es decir que espera alcanzar un puesto con más altas responsabilidades pero jamás será el caso.
A pesar de estas desigualdades, desde el principio del siglo hemos visto muchos cambios. El esquema tradicional de la familia era un padre que debía subvenir a los a las necesidades de su familia y una mujer debía trabajar de manera no remunerada en la casa. Hoy en día, hay ayudas para las mujeres que quieren alcanzar puestos de altas responsabilidades gracias a Jose Luis Zapatero que es uno de los primeros a proponer este sistema. Además, las mujeres son muy presentes en la televisión, en política o deporte, y hay sectores de trabajo muy femeninos como estética.
Sin embargo, las mujeres sufren mucho de la crisis con una tasa de paro mucho más superior al de los