La introduccion del capitalismo y de sus "ideas" intrinsecas que son : la bùsqueda de la organizacion racional de los hombres, la preocupacion de orientar sus actividades en una direccion deseada, y el ejercicio del control de éstas, cambiaron profundamente la estructura de nuestra sociedad. Asi, comprobamos una evolucion de los modos y de los métodos de gestion en el curso del tiempo, y con ellas se metamorfosean las caras del poder. En efecto, si tradicionalmente la cara del jefe carismàtico es sacralizada, a partir de los anos 60, los trastornos sociales que conocieron los paises occidentales engendran una transformacion de las mentalidades. La jerarquizacion vertical de las relaciones es rechazada masivamente. Por eso, durante los anos 80, la denominacion “cuadra” y, con ella, la totalidad de connotaciones que evocan el poder y la autoridad son excluidas del campo lexical de la literatura de gestion. Su sustituto paradigmatico se encarna en un gerente, un animador de equipos, de células de proyectos, experto en el manejo de los hombres, que sabe navegar en la complejidad de entornos inciertos. La fuerza de la relacion jeràrquica evoluciona, en la proximidad, en flexibilidad y persuasion. El gerente que seduce por su carisma se hace a operador de movilizacion de las subjetividades y del entusiasmo de cada uno, “descubridor”(dénicheur...) de competencias.
Asi como lo demuestra el articulo de Borja Vilaseca “la importancia de ser un buen jefe” , a pesar de los nuevos modos de organizaciones, el lider posee siempre un papel primordial.
Con el fin de lograr sus fines, de arrastrar a sus adeptos en una direccion particular, el lider (aqui en el seno de las empresas) utiliza su " carisma, su ejemplaridad, influyendo asi sobre el sistema de valores y los “sentimientos” (affects...) de sus compatriotas".
Se trata pues, siempre, de ejercer sobre otro un poder de influencia. Sin embargo, no estamos todavia en relacion con un lider autoritario sino con un