Comentario - ley de inmigración en argentina
« ¡ Gobernar es poblar ! » es lo que dijo Juan Bautista Alberdi, un teórico político argentino. Esta frase resume bien la política de inmigración de Argentina. En efecto, después de varias décadas de guerras civiles, Argentina conoció en medio del siglo XIX un período de calma, marcado por una voluntad de organización institucional.
Algunas medidas importantes intentaron transformar les estructuras socioeconómicas tradicionales del país, entre las cuales se coloca la política de inmigración. Se necesitaba poblar Argentina y transformar la sociedad arraigada en la cultura española y abrirla a los extranjeros, sobre todo a los de Europa del Norte.
Desde el fin de la dictadura de Juan Manuel de Rosas, aparecieron leyes que fomentaban y regulaban la inmigración.
• Primero, la Constitución Nacional de 1853 estableció la equidad de derechos civiles entre ciudadanos y extranjeros. Reforzó los mecanismos destinados a promover la ocupación del territorio nacional gracias a la inmigración extraña, y creó así una política migratoria que se puede llamar política de la " puerta abierta ".
• Luego, a 27 de septiembre de 1854, una ley restauró la Comisión de Inmigración que intervenía en los conflictos entre el inmigrante y su empleador. Tres años más tarde, el gobierno argentino construyó en Buenos Aires, un hotel destinado a los inmigrantes. Así, a su llegada, estabán alojados y alimentados hasta que encontrasen un empleo.
• En fin, el tercero presidente de la República argentina, Nicolás Avellaneda, consiguió hacer adoptar, bajo mandato, la Ley de Inmigración y de Colonización, (o Ley Avellaneda) el 19 de octubre de 1876. De hecho, entre los países del Cono Sur, Argentina fue la primera que estableció una legislación que institucionaliza la inmigración masiva. Apareció para los campesinos europeos como una promesa de tierra y de trabajo. Esta ley les ofrece numerosas ventajas con el fin de facilitar su instalación