La historia no es objetiva, y por tanto, los términos utilizados en ella tampoco. La palabra capital procede del latín, de la palabra caput (cabeza), que comenzó a significar el capital de un préstamo fracias a su utilización por los comerciantes italianos del siglo XII. (capital+interés=préstamo). Se habla entonces del comercio del dinero, no de la economía productiva, de la agricultura o la industria. De aquí nace el sistema financiero.
El término capitalista es posterior, del siglo XVII en Francia, y se refiere a las personas cuya fortuna procede del manejo del dinero, matiz despectivo, son personas de segundo orden ya que se considera para la cultura de la época una actividad inmoral y deshonrosa.
El termino capitalismo es la culminación de la evolución de la palabra. Aparece en el siglo XIX, tras la revolución industrial, en las obras de los socialistas utópicos, que utilizan este término para referirse a sus enemigos, por tanto tiene unas connotaciones críticas.
El capitalismo es el sistema de producción en el que los medios productivos son de propiedad privada y existe la libre empresa. Es una definición demasiado constrictiva. Existen empresas publicas y las grandes empresas dominan el mercado. La dinámica del sistema tiende a limitar la libre empresa. El capitalismo, más allá de un sistema económico, es una sociedad que interioriza valores como el lucro, la competencia, la productividad o la eficacia. Parecen valores objetivos, de todas las sociedades, pero no lo son. Son valores de una sociedad capitalista. No se encuentran problemas en la actualidad porque se ajustan a nosotros. Pero en la edad moderna. En la edad moderna, libre empresa poco, Control casi total de los gremios. Propiedad privada si que la hay, pero una parte importante, la tierra, en una sociedad agrícola, se escapa. Hablamos de la propiedad amortizada o vinculada, el régimen de manos muertas. Esto significa que no se puede vender, repartir, ceder ni en ocasiones arrendar. Esto se